domingo, 8 de mayo de 2011



Hay un deseo que pido siempre que pasa un tren.

viernes, 6 de mayo de 2011

NOVENTA MINUTOS

SI la vida fuera solo noventa minutos y fueran tan esperados y agradecidos, como un partido de fútbol, quizás nos prepararíamos más para vivir cada día. Sin duda sentiríamos que debemos dar lo mejor de nosotros, que hay que disfrutar al máximo y además aprenderíamos a tolerar todo lo que no nos resulta con más paciencia, y seguramente tendríamos súper claro que al caerse y equivocarse tendríamos la obligación de pararnos de nuevo.

Tendríamos claro que a ese partido llegamos para cansarnos y no para ver pasar la pelota como si nada, casi sin reaccionar. Haríamos lo posible por hacer cosas con otros e intentaríamos brillar como grupo y no como seres individuales.

Seriamos seres solidarios, pero apasionados para defender lo nuestro. Entenderíamos que si cometemos un error, tenemos que recibir sanciones o consecuencias por nuestros actos y sin duda aprenderíamos de nuestros desaciertos para una próxima oportunidad.

El goce el compromiso el mojar la camiseta en lo que hacemos todos los días es algo que nos hace mucha falta en lo cotidiano.

El levantarse agradeciendo despertar para dar todo en la cancha y sentir orgullo por el cansancio, nos vaya bien o nos vaya mal, es algo que me gustaría ver en mi pueblo en mi ciudad en mis oyentes.

La ida es un partido que al final no importa tanto cuantos partidos ganamos sino como fuimos capaces de jugarlos.

Al final la vida es un tema de actitud.